ARTES VISUALES DE CENTRO AMÉRICA
__-. Arte Visual
Guatemala.-__
La historia del arte en Guatemala se desarrolló en la pintura y las escultura entre ellos notables pintores de la época colonial como: Pedro de Liendo, maestro y pintor una de las figuras importantes artistas de Guatemala. Juan de Aguirre de origen español adopto el hábito de Franciscano, él fue destacado por imágenes de Vírgenes es unos de los pintores más destacados. Durante el siglo XVI y primera mitad del siglo VXII la pintura tenía fuerte impacto religioso e influencia española, durante la época colonial hubieron muchas pinturas y esculturas de pintores desconocidos, después del terremoto de Santiago de los Caballeros hicieron un traslado de edificación de la ciudad, el arte fue cambiando con el tiempo y fueron desarrollando y evolucionando. Uno de los grabadores más destacados es Francisco Cabrera a sus 13 años de edad inicio su carrera con dibujante en la casa de la moneda bajo la dirección de Pedro García Aguirre, también se puede mencionar a Mateo Ayala, Juan Bautista y José Casildo España entre otros.
El museo nacional del arte moderna está ubicado en la finca la aurora zona 13 de la ciudad de Guatemala en donde se pueden encontrar variedad de pinturas reconocidas internacionalmente, el museo fue fundado en 1934, el creador del museo de arte moderna fue Carlos Mérida el 2 de diciembre de 1999, y recibió el nombre de su fundador Carlos Mérida.
Bonampak es un sitio arqueológico maya, ubicado en la Selva
Lacandona, en el municipio de Ocosingo, estado de Chiapas, México, a unos 30 km
al sur de Yaxchilán, cerca de la frontera de México con Guatemala y pertenece a
las ciudades de la cuenca del Usumacinta. Se trata de una zona arqueológica que
fue dependiente de Yaxchilán. Todas las estructuras del sitio parecen haber
sido construidas entre los años 580 y 800.
Su nombre, en vocablo maya, significa "Muros
pintados" y en éllo reside la fama de este sitio, ya que sobre los muros
de los recintos hay pinturas muy vistosas, que aportan mucho, acerca de la vida
cotidiana maya.
En 1948, se realizó una expedición del Instituto Carnegie y
del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Las paredes fueron limpiadas
con queroseno, que volvió temporalmente transparente el recubrimiento y las
pinturas fueron fotografiadas extensivamente.
Los Frescos de Bomanpark
(¿como desaparecieron los mayas? hambre y pelea.)
Lienzo de quauhquechollan.
El Lienzo de Quauhquechollan es una pintura náhuatl del
siglo XVI, en la que los indígenas quauhquecholtecas dejaron plasmada su visión
de la conquista española. En 1520 los habitantes de la comunidad náhuatl de
Quauhquechollan se aliaron con Hernán Cortés y participaron después como
co-conquistadores en las campañas militares de los españoles, a cambio de ser
liberados de la opresión mexica.
El lienzo original se halla en el Museo Casa del Alfeñique,
en Puebla, México; y la investigación sobre el contenido del mismo se debe a
Florine Asselbergs, de la Universidad de Leiden, Holanda, autora de Conquered
Conquistadors. El mismo muestra la ruta que recorrieron los quauhquecholtecas,
al mando de Jorge de Alvarado, durante la conquista de los reinos que había en
lo que ahora se conoce como Guatemala. Este no sólo es una de las pocas fuentes
que existen sobre las expediciones de la conquista sino también el primer mapa
geográfico que se conoce de aquel país centroamericano.
La ruta que recorrieron los quauhquecholtecas, al mando de
Jorge de Alvarado, durante la conquista de Guatemala, puede ser revivida por
medio de la historia narrada en el Lienzo de Quauhquechollan cuya restauración
digital fue emprendida por la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala,
como parte de su programa "Exploraciones sobre la Historia".
El término lienzo se utiliza para definir un tipo de pintura
en tela que utilizaban los indígenas de Mesoamérica para transmitir
información. Formaba parte de un sistema que combinaba narraciones orales con
imágenes pictográficas. Los símbolos estilizados eran estándares acordados y
comprendidos por los habitantes de las distintas sociedades. En idioma español,
la palabra lienzo significa paño de tela.
JAIME SABARTÉS
JAIME SABARTÉS
Jaime o Jaume Sabartés Gual (1881-1968) fue un poeta español.
Nació en Barcelona, España. Con el seudónimo de Jacobus Sabartés, escribe
prosas y poemas, y colabora en la revista Joventut. Estudiante en la Llotja,
asiduo de Els Quatre Gats, forma parte, en Barcelona y en París, del grupo de
Pablo Picasso, a quien conoce desde 1899, y con el que le unirá una gran
amistad a lo largo de toda la vida. Sabartés es un propagandista entusiasta de
la obra de Picasso.
Vivió en Guatemala de 1904 a 1927. En Guatemala se vinculó
con artistas como Carlos Valenti, Carlos Mérida, Humberto Garavito, Rafael Yela
Günther, Rafael Arévalo Martínez, entre otros. Fue el primer maestro de
Perspectiva y de Historia del Arte en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de
ese país centroamericano. Publicó artículos de prensa, crítica literaria y
libros sobre la Guatemala del presidente Estrada Cabrera, además de escritos
sobre el arte de Picasso. En 1935, se instala en París y se convierte en su
secretario particular. Publicó la biografía del artista y otros escritos sobre
su vida y su obra. Picasso hizo numerosos retratos de Sabartés, a lápiz y al
óleo, a través de los cuales se entrevé un profundo conocimiento del personaje
y una especial complicidad. Sabartés fue un enlace eficaz entre Picasso y
Cataluña; concretamente, donó su colección de obras del artista al Ayuntamiento
de Barcelona para crear el Museo Picasso de la ciudad, inaugurado en 1963, con
el nombre de Colección Sabartés.
CARLOS MERIDA.
Carlos Mérida (Quetzaltenango, Guatemala, 2 de diciembre de 1891 - Ciudad de México, 21 de diciembre de 1984) fue un pintor y escultor guatemalteco, naturalizado mexicano. Formó parte del muralismo mexicano, pero desde una perspectiva abstracta y geométrica, a diferencia del estilo narrativo y figurativo de los grandes maestros de dicha corriente, integrando arte plástico dentro de la arquitectura en una fusión permanente entre los cánones occidentales del arte y elementos del arte mesoamericano. Su vida creativa se desarrolló entre Guatemala y México. Su hija fue la destacada bailarina de ballet y coreógrafa Ana Mérida.
Nacido en el seno de una familia de clase media, su padre
era abogado y su madre, de origen español, fue maestra de escuela. En su
adolescencia comenzó a estudiar escultura, pero sus profesores le convencierón
de cambiar a pintura. Viajó en su juventud a Europa, junto con el también iba
el pintor francés Carlos Valenti, en donde visitó los talleres de Amadeo
Modigliani, Kees van Dongen y Hermenegildo Anglada Camarasa.1 En 1919 se
trasladó a México, donde se destaca en la renovación del muralismo mexicano. En
1922 Mérida trabajó con Diego Rivera para pintar los murales del Anfiteatro Bolívar
en la Ciudad de México. Debido a la distancia de la Revolución mexicana y de la
militancia en corrientes de izquierda propias del muralismo, Carlos Mérida
inició una temprana distancia1 de las características discursivas figurativas
para desarrollar una etapa marcada por la abstracción en la forma y sus raíces
indígenas en los temas. En esa misma época colaboró como dibujante con el
arqueólogo Manuel Gamio. En 1927 viaja de nueva cuenta a París, donde derivado
de su contacto con Picasso, Kandinsky, Klee y Miró, reafirmó su estilo en el
arte abstracto y el constructivismo.
Mérida siempre publicó con orgullo su ascendencia
maya-quiché y española. A la vuelta de su viaje a París, en 1929, fue nombrado
director de la Galería del Teatro Nacional en México, y tres años más tarde
dirigió la Escuela de Danza.2
En 1940 participó en la Exposición Internacional Surrealista
celebrada en México. Un año más tarde fue nombrado profesor de arte en el North
State Teacher College en Denton, Texas, y a partir de 1949 comenzó sus
investigaciones sobre integración de las artes, aplicando los resultados en los
murales que realizó para la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1949), para el
centro infantil del multifamiliar "Miguel Alemán", de [Av. Coyoacán]
(1950).
La obra más ambiciosa desarrollada por Mérida fue para el
Centro Urbano Benito Juárez, también llamado Multifamiliar Juárez. En este
último la temática se centró en torno a una serie de leyendas mesoamericanas
acerca del origen del mundo —"El Popol Vuh" (aludiendo al libro
antiguo descubierto en Guatemala de los maya-quichés), "Los ocho dioses
del olimpo mexicano", "El Ixtlexilt", "Los cuatro
soles"—. En ella buscó una integración plástica integral, sumando al
trabajo propio de la construcción de los edificios, "arquitectos,
dibujantes artesanos y el artista (que) formaron un solo núcleo, tal como se
hacía para la construcción de las catedrales medievales".3 Según consenso
de los investigadores del tema, este fue el mejor ejemplo de integración
artística entre los espacios arquitectónicos y la obra de Mérida, ya que para
su realización hubo coordinación y trabajo entre ambas partes, y los murales de
Mérida fueron emplazados en una gran variedad de espacios, desde grandes
páneles en las fachadas de los edificios, escaleras, azoteas y hasta un paso a
desnivel para autos hoy desaparecido.
También en 1956 realizó, en el Palacio Municipal de
Guatemala, un mosaico de vidrio (La mestiza de Guatemala). Desde entonces,
Mérida alternó la realización de murales para México y Guatemala, en los que
dominaban motivos abstractos y constructivos. Con el espíritu innovador que le
caracterizaba, en 1964 hizo un muro vitral en la sala "Cora Huichol"
(Los adoratorios) del Museo Nacional de Antropología de México D.F. y en 1968,
otro en el Centro Cívico de San Antonio (Texas) (La confluencia de las
civilizaciones en América). En 1965 recibió la medalla de oro de la Dirección
General de Cultura y Bellas Artes de Guatemala, y en 1980 "Orden del
Águila Azteca" de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Algunas obras de Mérida:
EL VERANO
(1981).
EL OCTAVO CIELO
(1961).
LA PUERTA ESTRECHA
(1936).
CARLOS VALENTI.
Carlos Mauricio Valenti Perrillat (París, Francia, 15 de
noviembre de 1888 - 29 de octubre de 1912), fue un pintor francés que vivió una
parte de su vida en Guatemala, a donde llegó con sus padres siendo un niño.
Artista dotado de innegable talento, quien a pesar de las represiones morales y
los convencionalismos de una época guatemalteca perfilada por una dictadura
(Manuel Estrada Cabrera), logró desarrollar en su corta vida una de las obras
más importantes para la historia del arte del siglo XX. Es considerado el pionero del Arte Moderno
guatemalteco.
Nació en París el 15 de noviembre de 1888. Fue el tercer
hijo de Carlos Valenti Sorié, de nacionalidad italiana, y de Helena
Perrillat-Bottonet, nacida en Le Grand Bornand, Alta Saboya, Francia. Llegó a
Guatemala junto con su madre y sus dos hermanos en 1891, para reunirse con su
padre, el cual se encontraba ya radicado en tierra guatemalteca desde 1888.
Desde niño se destacó como un estudiante dedicado, brillante e ingenioso; en el
colegio recibió la medalla de oro como el mejor alumno. Como estudiante de
música de piano fue el discípulo predilecto del maestro Herculano Alvarado y
siendo estudiante de la Academia de Bellas Artes, llegó a sorprender a su
maestro, el escultor venezolano Santiago González, por su excelente habilidad
hacia el dibujo.
Formó parte de un grupo de artistas, literatos y poetas
(Carlos Mérida, Rafael Rodríguez Padilla, Rafael Yela Günther, Rafael Arévalo
Martínez, Carlos Wyld Ospina y los hermanos De la Riva), que laboraron en gran
cohesión junto a Jaime Sabartés, catalán venido a Guatemala desde Barcelona,
donde compartiera una estrecha amistad con Pablo Picasso y a quien a partir de
1935, fuera su secretario privado. Valenti se perfiló en aquel cenáculo como un
faro que todo lo iluminaba, a los 22 años de edad llego a tener ya su
"propio estilo”.
En 1912 viajó a París para continuar sus estudios en la
Academia Vitti con los maestros Kees Van Dongen y Hermenegildo Anglada
Camarasa. Su capacidad visual, muy disminuida por la diabetes, lo obligó a
consultar a un especialista. Este le diagnosticó una ceguera por diabetes y le
recomendó que dejará permanentemente la pintura. La depresión lo embargo, la
insatisfacción de no poder entregarse totalmente a su mayor pasión "el
arte", lo llevo a la determinación de segar su vida mediante dos balazos
en el pecho. Fue enterrado en el Cementerio de Montparnasse una mañana del mes
de noviembre de 1912.
Algunas obras de Valenti:
EL BESO
OLEO SOBRE TELA
(COLECCIÓN PRIVADA)
FOTÓGRAFOS GUATEMALTECOS
El maestro del retrato: DANIEL CHAUCHE.
Recuerdo perfectamente cuando inicié en la fotografía, hace
muy pocos años, con una amiga de corta estatura, sí mas que yo, viajabamos en
su carro, perdidas y casi sin rumbo a cualquier parte de esta ciudad a capturar
en esa pequeña cámara de 35mm, espacios, gente, y lo que se nos ocurriera que
se atravesara en el camino. Todavía estaba de moda el "cuarto oscuro"
de la fotografía, yo regresaba de aprender algunas técnicas básicas de este tema. El blanco y negro en su máximo
esplendor nos enloquecía al revelar cada película de 36 exposiciones. Recuerdo
que ese día regresabamos de Tecpán, de un viaje corto que hicimos para acabar
con el último rollo que llevaba cada una en su cámara. Ella me dijo que fuéramos a Antigua, a visitar a un amigo. Llegamos a buena hora y contamos
nuestras aventuras de ese día y así mas o menos se convirtieron los fines de
semana de ese año, cuando Daniel Chauche casi nos adoptó en su casa como
pupilas, había más gente que intentaba recibir clase con él, recuerdo, pero
eramos las dos inquietas que llegábamos por el "croissant" y el
"petit" café de la mañana, para conversar sobre fotografía y aprender
de la vida.
Desde ese memorable año y de la forma mas casual fue como
conocí a este fotógrafo, Daniel Chauche
que hoy se ha convertido en el mejor maestro de fotografía que he
tenido. Enseñanzas que se quedan para toda la vida, pues el acercarme y
atreverme a plasmar en la imágen lo que sentía y pensaba, hasta entender
matemáticamente la ciencia de la cámara, el cuarto oscuro, la película y el
revelado. Y sobre todo a enamorarme más del blanco y negro. Sin duda fue quien
me dejó la espinita por investigar de que se trataba una fotografía documental,
ver hacia adentro de Guatemala, por que apenas unos años después vuelvo a ver
mis hojas de contacto y de alguna manera siento que sí queda plasmada el alma
de las personas en esas fotografías.
Nació en Guatemala en 1957 pero vive y trabaja en Córdoba,
Argentina. González Palma se crió en Guatemala, en donde estudió arquitectura y
cinematografía en la Universidad de San Carlos. Es reconocido como uno de los
más importantes fotógrafos de América Latina.
Adquirió su primer cámara fotográfica en 1984, lo que
despertó profundamente su entusiasmo al ver los resultados. Desde entonces se
abocó a aprender cómo manipular fotografías para tener un resultado impactante
y poder capturar la realidad de los originarios guatemaltecos; a la vez, logró
que sus fotografías se asemejen a pintura artísticas. En sus trabajo se puede
ver el alma y el sufrimiento y también describe las experiencias de la
población indígena guatemalteca. Las fotos de Palma hablan por sí solas del
sufrimiento, del dolor y alegría de las personas que retrata en ellas; no sólo
son simples fotografías: se puede decir que son imágenes que capturan la
cultura del pueblo.
ESCULTORES GUATEMALTECOS
PABLO SWEZEY
Pablo Swezey. Artista, escultor, ingeniero y arquitecto
empírico. Pionero del arte contemporáneo y conceptual de Guatemala. Considerado
como pilar del proceso de cambio en el paradigma del arte de la década de los
ochenta. Transformó la arquitectura para mezclarla con el arte, convirtiéndola
en una herramienta en pro del desarrollo humano.
Nació el 26 de febrero de 1959, en Guatemala.
Escultor con formación artística en la Universidad de
Austin, Texas. Su trabajo se destacó por el uso de materiales como el cemento y
el barro. Fue considerado como un pilar en el proceso de cambio en el paradigma
del arte de la década de 1980, en Guatemala, en el que expuso en diferentes
galerías, entre estas Sol del Río, Attico y ArteCentro Paiz.
Obtuvo una licenciatura en Artes Plásticas con enfoque en
escultura en la Stephen F.
Austin State University, Texas. Fue arquitecto
empírico, lo cual contribuyó al desarrollo de su faceta artística. Su interés
por el desarrollo social y humano lo llevó a implementar proyectos relacionados
con la búsqueda de alternativas para fabricar casas para comunidades de escasos
recursos. Allí surgió su concepto llamado lámina pop.
Falleció el 2 de marzo de 2014.
Algunas obras de Swesey:
LUIS CARLOS
Nacido en 1952, Luis Carlos disfrutó de una infancia y una
adolescencia plenas en el seno de una familia próspera dedicada a la
agricultura, con la perspectiva de, llegado el momento, dedicarse por completo
a la administración de las propiedades familiares. Al despuntar la juventud,
sin embargo, descubrió por casualidad, en el taller de un amigo, su habilidad
innata para modelar formas tridimensionales.
Fue una experiencia tan impactante y decisiva que pasado un tiempo liquidó sus incipientes negocios y se trasladó junto con su esposa y dos pequeñas hijas, a la ciudad de México a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, ilustre institución en la que, en sus mejores momentos, se habían formado los grandes artistas de México. Durante los 13 años que vivió en México, Luis Carlos se sumergió en la rica vida cultural de ese país, siempre agitada por exposiciones y conciertos internacionales de primer nivel, visitando galerías y museos, teatros, bibliotecas y cinematecas que se abrían a las manifestaciones artísticas de todo el mundo. De manera que cuando volvió a Guatemala en 1981 le causó una fuerte impresión el ambiente artístico local que se caracterizaba por un nacionalismo estrecho y pueblerino que se mantenía ajeno a los movimientos artísticos e intelectuales que enriquecían el arte y la cultura universales del siglo XX.
Fue una experiencia tan impactante y decisiva que pasado un tiempo liquidó sus incipientes negocios y se trasladó junto con su esposa y dos pequeñas hijas, a la ciudad de México a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, ilustre institución en la que, en sus mejores momentos, se habían formado los grandes artistas de México. Durante los 13 años que vivió en México, Luis Carlos se sumergió en la rica vida cultural de ese país, siempre agitada por exposiciones y conciertos internacionales de primer nivel, visitando galerías y museos, teatros, bibliotecas y cinematecas que se abrían a las manifestaciones artísticas de todo el mundo. De manera que cuando volvió a Guatemala en 1981 le causó una fuerte impresión el ambiente artístico local que se caracterizaba por un nacionalismo estrecho y pueblerino que se mantenía ajeno a los movimientos artísticos e intelectuales que enriquecían el arte y la cultura universales del siglo XX.
Algunas obras de Luis Carlos:
__-.Arte visual Costa Rica.-__
Museo de Oro Precolombino.
El Museo del Oro Precolombino «Álvaro Vargas Echeverría»,
llamado simplemente Museo del Oro Precolombino o Museo del Oro, es un museo
histórico, arqueológico y cultural ubicado en San José, capital de Costa Rica.
Se encuentra localizado en un edificio subterráneo bajo la Plaza de la Cultura,
en Calle 5, Avenida Central y segunda, en pleno corazón josefino. Dicho
edificio es la sede permanente de las colecciones pertenecientes al Banco
Central de Costa Rica, y alberga, además, al Museo de Numismática Jaime Solera
Bennett. En 2012, el sitio web de viajes Trip Advisor otorgó un certificado de
excelencia al Museo del Oro Precolombino.
El Museo del Oro Precolombino posee una extraordinaria
colección de objetos elaborados en oro, los cuales reflejan la cosmovisión, la
estructura social y la orfebrería de los pueblos precolombinos que ocuparon el
actual territorio costarricense. La exhibición muestra el uso y la función de
las piezas, la tecnología, así como la relación con la naturaleza y la vida
diaria de estos grupos humanos.
Los artesanos precolombinos residentes en la zona que
actualmente es Costa Rica, trabajaron el oro nativo de procedencia aluvial, el
cual se obtenía de las arenas de los ríos y las riberas de las costas, y se
lavaba en bateas de madera. El arte del trabajo de los metales requería una
habilidad particular, un aprendizaje largo y complicado, que realizaban
especialistas a tiempo completo.
La colección del museo está constituida por 1600 piezas de
oro precolombino que datan desde el año 500 hasta 1500 de nuestra era. Contiene
también objetos precolombinos elaborados en cerámica y piedra, procedentes de
distintas regiones geográficas del país: vasijas en formas diversas, objetos,
estatuas y utensilios en piedra, utilizados en la vida cotidiana y ceremonial de
los pueblos.
Galería:
Museo Nacional
El Museo Nacional de Costa Rica se encuentra ubicado en la
ciudad de San José. Fue creado el 4 de mayo de 1887 por medio del acuerdo Nº
60, durante la administración del presidente Bernardo Soto Alfaro. La actual
localización del museo es el antiguo "Cuartel Bellavista". Este
último pasó a manos del museo cuando el ejército se abolió como una institución
permanente.
El museo ofrece actualmente varios servicios entre ellos,
salas de exhibición, talleres, charlas, material informativo y visitas guiadas,
entre otros.
El 4 de mayo de 1887, bajo la presidencia de Bernardo Soto
Alfaro, se creó el Museo Nacional con el propósito de dotar al país de un
establecimiento público para depositar, clasificar y estudiar los productos
naturales y artísticos.
Desde sus primeros años, el museo se orientó hacia la
investigación científica, educación, exhibición y defensa del patrimonio
cultural y natural. Destacan en sus orígenes figuras como Anastasio Alfaro,
Henri Pittier, Pablo Biolley, José Cástulo Zeledón, Adolfo Tonduz, María
Fernández de Tinoco y José Fidel Tristán, entre otras.
Museo Jade
El nombre del museo se debe al Lic. Marco Fidel
Tristán Castro, ex-presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros y uno
de los principales impulsores en rescatar el legado del arte precolombino
costarricense, haciéndolo accesible a todos los costarricenses.
Bajo el impulso del licenciado
Tristán, el INS comienza a adquirir, a partir de 1971, gran cantidad de piezas
arqueológicas a varios coleccionistas nacionales, amparándose en la
promulgación de la ley No 4809 del 29 de julio, que impulsaba a las
instituciones públicas a fomentar la cultura nacional.
Águila bicéfala de jadeíta,
símbolo del museo.
Para 1973, el INS había
adquirido 470 piezas, cantidad que se incrementa por la ley No 5176 que
estimula a las instituciones públicas a consignar partidas específicas para,
entre otras actividades de tipo cultural, adquirir piezas arqueológicas,
destacándose entre estas la gran cantidad de objetos de jade en manos de
coleccionistas costarricenses. El jade precolombino costarricense, en esta
época, era un arte prácticamente desconocido para el público nacional, a la vez
que existían pocos expertos en esta rama de la arqueología costarricense, por
lo que el museo comienza a especializarse en este material. Ese mismo año, el
INS adquiere una valiosa colección de 1092 piezas de jade, y un año después se
adquiere otra valiosa colección de 250 piezas perteneciente a Carlos Balser,
importante investigador del jade precolombino mesoamericano. En dicha colección
existen varias piezas de procedencia olmeca y maya. Más adquisiciones
importantes se dan en los siguiente años, entre 1977 y 1981.
Conforme la colección de jade
del INS crece, a partir de 1975 se inician los preparativos para construir el
museo, que se concreta dos años después, de la mano de importantes arqueólogos
e investigadores nacionales como Carlos Humberto Aguilar, Dr. Michael Snarkiss,
Carlos Balser, Zulay Soto Méndez y otros. El museo finalmente abre sus puertas
el 31 de octubre de 1977, con el nombre de “Colección Arqueológica del
Instituto Nacional de Seguros”, cambiándose a Museo del Jade en 1979, y en
1984, como homenaje a su principal impulsor, se le agrega el nombre del
Lic.Tristán Castro.
En 1999, el museo debió cerrar
20 meses por trabajos de remodelación, reinaugurándose el 30 de octubre de
2000, permitiéndose un giro conceptual del museo para exhibir una mayor
cantidad de objetos, principalmente las piezas de jade.
En 2014, se concluyó la
construcción de un moderno edificio de cinco pisos, con un costo de $21
millones de dólares, que alberga la colección completa del museo y permite la
exposición de la totalidad de las piezas arqueológicas, lo que lo hace único
con respecto a otros museos de San José. Su diseño es obra del arquitecto
costarricense Diego van der Laat. El edificio del Museo del Jade ocupa 6970 m2,
y su desarrollo conceptual es el de un bloque de jade en bruto, extendido en dos
partes, lo cual permite la entrada de la luz en la zona central del edificio.
Consta de cinco pisos, cada uno de los cuales alberga una sala, excepto el
tercero, que tiene dos. Posee un sistema especial de ventilación y fue pensado
para que trabaje de la mano con el medio ambiente. Cuenta con una sala de
exhibiciones temporales, auditorio completamente equipado, aulas para
actividades académicas, cafetería, tienda y guardarropa. Fue inaugurado el 5 de
mayo de 2014, aunque fue abierto al público hasta el 26.
Galería:
TEATRO NACIONAL DE COSTA RICA
El Teatro Nacional de Costa Rica es el principal teatro de
Costa Rica. Se encuentra ubicado al costado este de la plaza Juan Mora
Fernández en la ciudad de San José, en la Avenida 2, entre las Calles 3 y 5 en
el distrito Catedral, San José. El Teatro Nacional es un edificio de
arquitectura historicista terminado en el año de 1897. Se le considera uno de
los inmuebles más importantes de la historia nacional, y principal joya
arquitectónica de la ciudad de San José. Su construcción guarda un profundo
significado dado que representa la decisión del costarricense a la hora de
emprender acción y de la estabilidad económica (traída por la cosecha de café1
) y política de la época en la que fue construido. Como institución, el Teatro
Nacional promueve la producción de las artes escénicas de alto nivel artístico
y conserva para el uso del público varias de las obras de arte más valiosas del
país. Ha sido declarado monumento nacional, institución benemérita de las artes
patrias y patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica.
La construcción del Teatro Nacional se inició en enero de
1891, una vez que el Decreto N° XXXIII del 28 de mayo de 1890 ordenara su
construcción, declarándola como "obra nacional"; cuando la ciudad de
San José tenía no más de 20.000 habitantes. El teatro, como representación
artística está presente en Costa Rica desde el periodo colonial, determinado por
los temas religiosos, con elencos únicamente de varones, que se desarrollaba en
espacios predominantemente privados, sin que se llegara a concretar el
establecimiento de una sala de teatro. Con la independencia (1821) y la
construcción de un creciente Estado que involucraba a diversos actores sociales
y bajo el norte de un Estado que alcanzara el "progreso", es que
durante la administración de Juan Rafael Mora Porras (1849-1859) se llega a
edificar el Teatro Mora, de carácter público, el cual fue concentrando la presentación
de eventos artísticos (dentro del ámbito urbano); el que pasa a denominarse
Teatro Municipal una vez derrocado don Juanito Mora. Este lugar logró por
muchos años suplir la necesidad de espectáculos del pueblo costarricense; pero
poco a poco se deterioró hasta que llegó a cerrarse en 1888 cuando un terremoto
terminó por destruirlo.
El presidente José Joaquín Rodríguez Zeledón (1890-1894),
retoma la inquietud que muchos sectores de la población costarricense sintieron
durante décadas, la de contar un teatro que disfrutara de condiciones adecuadas
para que se realizaran en él espectáculos de la más alta calidad artística.
Para financiar esta obra el Tesoro Público debió invertir la cantidad de
200.000 pesos, los cuales serían retribuidos mediante el establecimiento de un
impuesto de 20 centavos sobre cada 46 kilogramos de café que se exportara;
tasación que finalizaría cuando el edificio se completara. (Decreto N° XXXIII
del 28/5/1890).
Transcurridos unos meses desde el inicio de la
construcción, el dinero previsto se había agotado y la obra era incipiente,
razón por la que el presidente Rodríguez Zeledón emitió un nuevo Decreto, N°
XCVII del 29 de diciembre de 1892, que dictó dar continuidad al impuesto ya
decretado, dado que fueron insuficientes los doscientos mil pesos iniciales.
Sin embargo, quince meses después se publicó un tercer Decreto, N° XIII del 20
de mayo de 1893, el cual suprimió el impuesto sobre la exportación de café y lo
sustituyó, creando uno nuevo sobre el muellaje sobre mercancías generales
importadas, en un centavo por kilogramo. De acuerdo con el gobierno central,
resultaba necesario el cambio de la imposición porque el impuesto al café
exportado solamente "grava á parte de los contribuyentes y afecta la
principal producción del país..." (Decreto N° XIII del 20/5/1893).
Considerando que entre mayo de 1890 y mayo de 1893 se recaudaron un total de
132.873,39 pesos se deriva que los cafetaleros únicamente aportaron un 4.42%
del costo total de la construcción y ornamentación del Teatro Nacional; siendo
la totalidad de los costarricenses (con un impuesto a los productos importados)
quienes aportaron un 95,58%; desmitificándose de esta manera que el Teatro
Nacional fuera edificado con el aporte único y total de los grandes
cafetaleros.
Mural "Alegoría del café y el banano" (1897), del
italiano Aleardo Villa, óleo sobre lienzo, colocado en cieloraso del Teatro
Nacional de Costa Rica.
No se escatimaron gastos para la construcción de este
teatro. Se utilizaron maderas preciosas en su mayoría provenientes de la
provincia de Alajuela, además se importó hierro, mármol, oro y vidrios
franceses para los materiales del Teatro. La construcción duró unos seis años
(se esperaba que fuese en dos, pero la obra era demasiado complicada para la
época). La inauguración oficial fue el 19 de octubre de 1897, con la ópera
"Fausto", de Charles Gounod, interpretada por la Compañía Francesa
Aubry.
Posee una arquitectura renacentista del más puro estilo
neoclásico, con mármoles traídos de Italia y decorado en su interior con
escenas de la recolección de café; la más popular de las obras pictóricas del
Teatro es un óleo sobre lienzo creado por Aleardo Villa en 1897 conocido
popularmente como la "Alegoría del café y el banano", cuyo nombre
oficial es "Alegoría del Comercio y la Agricultura de Costa Rica",
que describe la vida económica del país en segunda parte del siglo XIX y
primeras décadas del siglo XX, basada en el bicultivo de café y banano y el
modelo agroexportador. Esta pintura fue reproducida en el billete de cinco
colones durante algunas décadas, a finales del 1960.
Los planos del Teatro Nacional fueron elaborados por
ingenieros costarricenses, los cuales se habían formado en Europa. Excepto los
planos del sistema del levantamiento del piso que fueron elaborados por el
ingeniero mecánico Cesare Saldini de nacionalidad italiana.
La tendencia alemana marcó el carácter del Teatro Nacional,
no obstante lo variado de su estilo, con sus interiores pompeyanos, con el
barroco y el rococó del decorado interno del segundo vestíbulo, y con su cúpula
metálica fabricada en Bélgica. También posee sus murallas que fueron levantadas
por maestros de la piedra nacionales.
El interior del Teatro Nacional es tan impresionante como
el exterior, con las famosas esculturas de Pietro Bulgarelli, quien creó las
tres estatuas que coronan la fachada, las cuales representan la danza, la fama
y la música. Las originales se encuentran dentro del Teatro ubicadas en
diferentes espacios porque se estaban dañando y decidieron que lo mejor sería
remplazarlas. En el interior de la obra arquitectónica se encuentra presente un
delicado estilo neo-renacentista con imponentes lámparas de puro cristal y
columnas de mármol de Carrara.
__-.Arte visual El Salvador.-__
ARQUITECTURA SALVADOREÑA
(5 épocas).
El
Salvador, como el resto de Mesoamérica, estuvo abundantemente habitado
antes de
la llegada de los conquistadores españoles. Hasta donde se ha podido
comprobar,
se trataba de un territorio periférico respecto de otros centros dominantes
relativamente
cercanos como Copán o las ciudades mayas del valle del
Motagua o
de la península de Yucatán en las actuales Honduras, Guatemala y
México.
Esa cercanía de algunos de los centros más brillantes de la civilización
maya no
impidió que El Salvador estuviera poblado por tribus más vinculadas
con los
habitantes del centro de México, por medio de los nahuas.
Como bien
lo
anotaba White (1987), en buena medida de ahí proviene la mayor cercanía
cultural
entre El Salvador y México, que entre México y Guatemala, donde el
arraigo
maya es mucho más profundo.
Lo
anterior es relevante para introducir al menos dos obras o conjuntos de
obras
significativas de la arquitectura precolombina en El Salvador: Chalchuapa
y San
Andrés. Con esto no se quiere ignorar la existencia de otros conjuntos
relevantes
en el
país, tales como Cara Sucia, Cihuatán, Tehuacán o Quelepa.
En
Chalchuapa, justo en la periferia norte y oriente de la ciudad actual, se
encuentran
al menos dos subconjuntos relevantes. El Tazumal, donde en términos
de
arquitectura debe destacarse la composición de espacios llenos y vacíos.
Dos
grandes plazas perpendiculares, donde destacaban estelas y otros elementos
simbólicos,
están conformadas por dos templos piramidales, uno principal y otro
secundario,
que se levantan del nivel principal a partir de la sobre posición de plataformas
concéntricas, todo complementado por un juego de pelota.
En el
ahora llamado valle de San Andrés o Zapotitán, se encuentran también
algunas
de las estructuras más significativas de la arquitectura precolombina del
país.
Primero, el asentamiento de Joya de Cerén, único Patrimonio Cultural de
la
Humanidad en territorio salvadoreño. Se trata de una serie de estructuras:
viviendas, graneros y baños agrupadas por los arqueólogos en tres subconjuntos.
Menos de 5 km al
surponiente de Joya y probablemente vinculados históricamente,
se encuentra el sitio de
San Andrés. Es un conjunto ceremonial, vecino del
mismo río Sucio, donde se
debe valorar el núcleo o acrópolis principal que incluye
una plataforma elevada
rodeada por dos pirámides que aún no han sido completamente
develadas.
Sitio San Andrés, 2016
2 ARQUITECTURA COLONIAL.
La época
colonial en El Salvador se extendió desde la llegada de Pedro de Alvarado
desde
Guatemala en 1524 hasta la independencia formal firmada en 1821, es
decir
prácticamente tres siglos, durante los cuales se produjeron algunas obras de
arquitectura
notables que subsisten hasta nuestros días y de las cuales es posible
hacer una
lectura continua. Se trata de una arquitectura realizada en una provincia
relativamente
marginal dentro del imperio español en el Nuevo Mundo,
poco
vinculada a sus centros de dominio político o a las zonas de mayor producción de
riqueza mineral.
Los
españoles fundaron a lo largo del primer siglo de su dominio en el territorio
cuatro
ciudades: la Santísima Trinidad de Sonsonate, San Salvador, San Miguel
de la
Frontera y San Vicente de Austria y Lorenzana, todas contrapuestas o
complementadas
por los
pueblos de indios de las cuales eran vecinas. La fundación
de dichas
ciudades se enmarcó en lo dispuesto en las respectivas Leyes de Indias
introduciendo
el distintivo patrón de ciudad en damero a partir de una plaza mayor
o de
armas, alrededor de la cual se asentaban las principales autoridades y el
comercio. Para ello, siguiendo un modelo desarrollado en la Europa Mediterránea
se
edificaron modestos portales o corredores techados que integraban los
edificios
a las plazas por medio de un espacio de transición techado pero abierto.
el
comercio. Para ello, siguiendo un modelo desarrollado en la Europa Mediterránea
se
edificaron modestos portales o corredores techados que integraban los
edificios
a las plazas por medio de un espacio de transición techado pero abierto.
Portal de
prunera, San Miguel
Portal Norte, Suchitoto
Uno de
los fundamentos del nuevo poder colonial estaba en la religión que, por
medio de
sus templos, dominaría aquellos nuevos conjuntos urbanos convirtiéndose
en uno de
los tipos más significativos de la producción arquitectónica.
Existen
múltiples
templos coloniales o de matriz colonial en El Salvador de los cuales,
para los
propósitos de este trabajo, interesa concentrarse en tres: San Pedro Apóstol
en
Metapán, el Pilar en San Vicente y San Miguel Arcángel en Huizúcar, sin
querer
ignorar la calidad de otros como la Santa Cruz de Roma en Panchimalco,
Santiago
Apóstol de Chalchuapa, Asunción de Ahuachapán, el Pilar de Sonsonate
o Dolores
de Izalco, así como las iglesias de Conchagua, Citalá o Nahuizalco.
San Pedro
Apóstol en Metapán (1743) es probablemente el templo colonial
de escala
más monumental del país.
El
desarrollo de una nueva especialidad interna en la escala doméstica
habitacional
es el
tercer gran aporte de la arquitectura colonial en El Salvador y probablemente
en toda
América Latina. Al modelo originario de las chozas de tierra
pisada de
Joya de Cerén, los españoles agregarían una tipología de vivienda nueva,
que
todavía subsiste, se repite, renueva y multiplica en la arquitectura
salvadoreña:
la casa
de patio, en dos versiones: la casa rural aislada, heredera del cortijo
español;
y la casa urbana, adosada, que configura las cuadras de aquel trazado
regular. Todas eran variaciones probadas en la península de la casa mediterránea
cuya
matriz griega y romana ya había descrito Vitruvio en el siglo I a. de C.
y que los
árabes enriquecerían incorporándoles agua y naturaleza.
Quedan
muy pocos ejemplos de la vivienda rural colonial original.
Patio de alcaldía, suchitoto.
3 ARQUITECTURA REPUBLICANA.
El
advenimiento de un El Salvador independiente podría oficialmente marcar el
inicio de
una nueva etapa en el desarrollo de su arquitectura. Sin embargo, aunque
es fácil
identificar la independencia política formal en el marco de Centroamérica
es menos
evidente puntualizar el surgimiento de una arquitectura propia
del nuevo
Estado, fuera de los lineamientos de la matriz arquitectónica colonial.
No es
sino hasta la consolidación del nuevo Estado nacional, laico y liberal hacia
1880 que
se puede decir que surgen nuevos tipos arquitectónicos o variaciones
significativas
sobre los tipos coloniales. Eso sí, todas las arquitecturas que aparecen
entre esa
fecha y 1950 tienen en común el recurso del lenguaje historicista
en sus
modalidades neoclásica, neogótica, neocolonial y otras.
Dentro de
los edificios civiles destacan los nuevos teatros nacionales de Santa
Ana, San
Salvador y San Miguel, como los ejemplos más elaborados de una arquitectura
ecléctica
de fuerte arraigo en el neoclasicismo. El Teatro Nacional de Santa
Ana
(1904) probablemente sea el caso más relevante. Diseñado y construido
por los
italianos hermanos Durini (Herodier, 1997) se vincula claramente a otros
teatros
en Costa Rica y Ecuador que los mismos diseñarían durante su dilatado
ejercicio
profesional en América.
Una
segunda tipología destacada es la de los palacios municipales, y nacional,
que se
fueron construyendo en las diversas ciudades frente a la plaza principal de
acuerdo
con la norma colonial, haciendo despliegue de lenguajes neoclásicos más
o menos
depurados. Subsisten algunos ejemplos tales como las alcaldías municipales
de Santa
Ana, Usulután y Chalatenango, el Palacio Nacional, el «Castillo»
de la
Policía y la Escuela Normal de San Jacinto, luego Casa Presidencial.
Una
segunda tipología destacada es la de los palacios municipales, y nacional,
que se
fueron construyendo en las diversas ciudades frente a la plaza principal de
acuerdo
con la norma colonial, haciendo despliegue de lenguajes neoclásicos más
o menos
depurados. Subsisten algunos ejemplos tales como las alcaldías municipales
de Santa
Ana, Usulután y Chalatenango, el Palacio Nacional, el «Castillo»
de la
Policía y la Escuela Normal de San Jacinto, luego Casa Presidencial.
En los
barrios esencialmente habitacionales del centro de San Salvador, aparecen
interesantes
variaciones del modelo de vivienda colonial, no tanto por la introducción
de una
nueva espacialidad como por los ensayos con nuevos materiales y
sistemas
constructivos. Así, después de los devastadores efectos de los terremotos
de San
José (1873) y de los sismos asociados con la erupción del volcán de San
Salvador
(1917) se multiplica en San Salvador, y un tanto menos en el resto de
ciudades
del país, el uso de sistemas prefabricados, más livianos, muchas veces
asociados
con nuevos productos industriales como tubos, perfiles, lámina, mallas
y
planchas metálicas.
Castillo de la Policía.
Una
segunda tipología destacada es la de los palacios municipales, y nacional,
que se
fueron construyendo en las diversas ciudades frente a la plaza principal de
acuerdo
con la norma colonial, haciendo despliegue de lenguajes neoclásicos más
o menos
depurados. Subsisten algunos ejemplos tales como las alcaldías municipales
de Santa
Ana, Usulután y Chalatenango, el Palacio Nacional, el «Castillo»
de la
Policía y la Escuela Normal de San Jacinto, luego Casa Presidencial.
En los
barrios esencialmente habitacionales del centro de San Salvador, aparecen
interesantes
variaciones del modelo de vivienda colonial, no tanto por la introducción
de una
nueva espacialidad como por los ensayos con nuevos materiales y
sistemas
constructivos. Así, después de los devastadores efectos de los terremotos
de San
José (1873) y de los sismos asociados con la erupción del volcán de San
Salvador
(1917) se multiplica en San Salvador, y un tanto menos en el resto de
ciudades
del país, el uso de sistemas prefabricados, más livianos, muchas veces
asociados
con nuevos productos industriales como tubos, perfiles, lámina, mallas
y
planchas metálicas.
Siempre
como parte de aquella arquitectura de manufactura más industrial destacan
otras
obras institucionales de mayor escala. Primero, en San Salvador, el hospital
Rosales
(1902),
remate urbano de la calle Arce, que a principios del siglo XX era el eje de
ensanche
poniente de la ciudad. En el hospital, que recuerda la arquitectura imperial
de
ingleses, belgas y holandeses y de los enclaves estadounidenses en el Caribe,
destacan
elementos
como el edificio administrativo central, con terrazas, porches, aleros
extendidos
y torres, los doce pabellones de encamados y la capilla de aire gótico.
4 ARQUITECTURA MODERNA.
Existe un
consenso bastante bien establecido entre los historiadores de que la modernidad
política
se establece en el país a partir de 1948, más puntualmente con
el
advenimiento de la nueva Constitución de 1950. Esta carta magna, entre otras
rupturas,
consagra el rol del Estado como promotor del desarrollo, la propiedad
privada
en función social y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres (Turcios,
1990;
Baloyra, 1986). Dicho período concluiría violentamente con la Guerra
Civil
(1980-1992), que abre una nueva fase histórica que se prolonga hasta
nuestros
días. Adelante se discute la producción arquitectónica en El Salvador
durante
ese período de poco más de treinta años.
El
advenimiento de la modernidad arquitectónica.
Edificio ex Banco Salvadoreño.
La
modernidad arquitectónica en El Salvador puede leerse a través de varios casos
representativos
que, a riesgo de dejar de lado otras obras notables, permiten leer un
conjunto
de cualidades valiosas, permanencias, que caracterizan el modo de hacer
arquitectura
en el país.
5 ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA.
Analizar
la producción de arquitectura de El Salvador en los últimos veinte años
representa
un reto, no tanto por la dificultad de delimitación temporal, que inicia
con la
firma de los Acuerdos de Paz (1992) y se prolonga hasta el día de hoy,
sino
porque el objeto de estudio es demasiado cercano al observador. Este período
que
Samayoa (2002) llama de «reforma pactada» ha evidenciado la aparición de
nuevos
actores y generaciones de profesionales involucrados en la producción de
arquitectura,
así como la desaparición de otros, en un marco de mayor apertura
del país
hacia el mercado y la cultura globales.
La
presencia de profesionales y firmas de arquitectura internacionales con una
importante
producción local ha marcado la arquitectura de El Salvador en los
últimos
veinte años.
En
relación con los profesionales locales, en una línea que devela el gusto
explícito
por la
espacialidad de Barragán y que intenta hacer una síntesis de la volumetría
precolombina
y los patios coloniales, destacan dos obras en particular: el Museo
de
Antropología (MUNA) a cargo de Dada y Altschul (1999) y el Museo de Arte
(MARTE)
de S. Choussy h. (2003).
__-.Arte visual Honduras.-__
TALLER DE MERCED
Carlos
Aníbal Cruz Martínez nace el 28 de enero de 1943 en San Juancito, antigua zona
minera del Distrito Central, siendo sus padres Juan Cruz y Luisa Martínez;
realiza la educación primaria en la Escuela Lempira de Comayagüela y la
secundaria en el Instituto Central Vicente Cáceres, entonces en Tegucigalpa.
Ingresa
en 1964 a la Escuela Nacional de Bellas Artes, cuando tiene 21 años y luego el
mérito de ganar una mención honorífica en el concurso Esso de Centroamérica; en
1966 obtiene el cuarto premio en el III Salón de Pintura del Instituto
Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI); en 1967 concluye su profesorado en
dibujo y modelado, al tiempo que gana el segundo premio del salón del IHCI y
participa en la Bienal de Sao Paulo. En 1968 sale para Barcelona con Virgilio Guardiola
y permance hasta 1973, para incorporarse el año siguiente al Taller de La
Merced (1974-1976). En 1996 se conoce su muerte en un hospital cercano a su
alma mater comayagüelense, donde es recordado por su oficio de pintor y
congénita docencia.
1979Durante
su vida artística, Cruz logra experimentar 6 etapas relativamente claras. La
etapa académica, de 1964 a 1969; la barcelonesa, de 1970 a 1973; la mercedaria,
de 1974 a 1976, la posmercedaria, de 1977 a 1979; la ochentina, de 1980 a 1987;
y la final, noventina, de 1988 a 1996.
Su etapa
académica coincide con el paso del arte latinoamericano por la nueva
figuración, con un discurso expresionista protagonizado por José Luis Cuevas en
México y por el grupo La Otra Figuración en Argentina. Son los años internacionales
de Roberto Matta y Julio Le Parc, ambos preocupados por el rol del artista en
la sociedad, los de «El pueblo tiene arte con Allende» en Chile y de «Tucumán
arde» en la misma Argentina, fenómenos que inciden a distintos niveles en el
subcontinente.
Para
caracterizar su etapa académica, uno debería escuchar las palabras del
dramaturgo Francisco Salvador de 1968 y quedar satisfecho: «Aníbal Cruz, con
sus pequeños veinte años a cuestas sufre y transmite inocentemente ese instante
de agonía e insatisfacción. El hambre se le transforma en objetos y
composiciones sublimadas, y el vigor de su mestizaje se sale del lienzo para
entregarse como espíritu permanente. Aníbal Cruz, con sus pobres tres años de
trabajo —prosigue—, agranda el tiempo como si fuera un siglo, y busca
temiblemente el hallazgo, como el perro cariñoso el alimento escondido».
Al
terminar los 60 y a causa de su condición trashumante, pasa a otro nivel visual
caracterizado por un ensanchamiento semiótico, con nuevos significantes se basan
en la escritura fonética y el grafismo infantil. Para entender esto en la obra
cruceña hay que imaginarse muchas influencias y mediaciones, pero con seguridad
debemos relacionarlo con el informalismo de Jean Dubuffet, que deseando hallar
la inocencia primigenia, intenta hallar un nuevo vocabulario figurativo.
1996En lo
estrictamente español y barcelonés, Cruz debe enfrentar tanto la novedad como
el hecho paradójico de que muchos de los artistas importantes se entregaban a
las formas públicas de expresión, dependientes de los museos y de otros
espacios oficiales —a diferencia de los vanguardistas «originales», que eran
hostiles a todo aquello que los asociara a la oficialidad—. Con este espesor
socioestético, la pintura «barcelonesa» de Cruz se vuelve segura, crítica y
espontánea, sin más alternativa que aferrarse a una propuesta heterogénea, con
asiento en lo colectivo más que en lo objetivo.
En el
primer tercio de los 70 Cruz regresa de Barcelona y se incorpora al Taller de
La Merced. Para este momento casi todos los artistas correspondientes al grupo
setentino tienen asumida la consolidación, con sus respectivos aprendizajes
académicos ya definitivos. Si en la etapa anterior, este creador se basa en la
dicotomía lenguaje/realidad, ahora tiene en cuenta una heterorreferencialidad,
dando cuenta de lo objetivo, colectivo y subjetivo. Con la vindicación de esto
último obtiene la carta de ciudadanía para experimentar a todo nivel la obra de
arte, cargando el lienzo de formas misteriosas.
Dante Lazzaroni.
Hijo de
un inmigrante italiano, nació en San Francisco de Yojoa, Cortes, Honduras, el 7
de Julio de 1929. Entre 1945 y 1949 estudio dibujo, modelado, cerámica y Pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes de
Honduras. En 1949 recibe una beca por parte del gobierno para realizar estudios
de pintura, escultura y grabado en la Universidad de San Carlos de México donde
se gradúa en el año de 1954 obteniendo una medalla de plata como Mejor Pasante
de Pintor.
Regresa a
Honduras y desde entonces se dedico a la enseñanza habiendo sido Profesor
destacado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Director de la carrera de
Pintura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y al mismo tiempo fundador de su propio
taller y escuela de Pintura, habiendo promovido la creación del Taller Dante
Lazzaroni que fue considerado como un momento decisivo en la actividad creativa del entorno y de
encuentro fraterno entre dos épocas , de convergencia entre la experiencia y la
exploración artística.
Su obra
ha figurado en los países de Centroamérica,
México, Estados Unidos y Sudamérica, en la exposición Arte de América y
España en Madrid, en la Fundación FriedrichNaumann en Alemania, Italia, Francia
y otros países de Europa. A lo largo de su carrera artística recibió muchos
honores y reconocimientos internacionales así como el Premio Nacional de Arte
Pablo Zelaya Sierra en 1984, el mas alto galardón que otorga el gobierno de
Honduras a los artistas mas distinguidos que por su trayectoria , aporte a la
cultura y herencia a futuras generaciones es considerado como uno de las mas
claros exponentes de la plástica hondureña.
Obed Valladares
Nació en
Yuscarán, el 4 de mayo de 1955
Escultor
expresionista que pudo abordar con propiedad temas desde literatura nacional hasta lo histórico y lo
étnico. Catedrático de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Realizó estudios de
restauración y rescate arqueológico de cerámica precolombina y colonial en
Panamá. Fue becado por el gobierno de Italia para estudiar en aquel país.
Sus
trabajos fueron admirados en exposiciones personales, colectivas e industriales
a nivel nacional e internacional, obtuvo premios a nivel nacional e
internacional.
En vida expuso sus obras en museos en
Washington, Costa Rica y Tegucigalpa.
Después
de su muerte, sus obras se encuentran en las mas renombradas galerías a nivel
nacional e internacional: Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador,
Bolivia, Holanda, Estados Unidos y Japón.
En 1993
obtuvo el Premio Nacional de Arte “Pablo Zelaya Sierra”
Contrajo
nupcias por primera vez con la también yuscaranense María Julieta Mondragón
Cortés, con quien procreó a la también artista de la plástica Ángela Beatriz
Valladares Mondragón.
Falleció
en el año de 1994.
ESCULTURAS:
Talla directa en mármol.
Rostros.__-.Arte visual Nicaragua.-__
Rodrigo Peñalba
Nació en
León, Nicaragua.En 1925 estudió pintura en Estados Unidos y México.Luego desde
1933 a 1946 estudió en diversas academias de pinturas.2
Después
de que regresara a Nicaragua, fue nombrado director de la Escuela de Bellas
Artes de Nicaragua (1960–1973). Participó en varias exposiciones nacionales e
internacionales y en varios concursos.El 3 de junio de 1979. Pasó su infancia y
primera adolescencia en León. Hijo de don Pastor Peñalba Argüello, heredó de su
padre la vocación y el oficio de pintor. Bachiller del Colegio Centroamérica de
Granada, marchó en 1925 a México y Estados Unidos a estudiar pintura.
Posteriormente estudió en la Academia de San Fernando de Madrid (1933-1937) en
la Academia de San Carlos de México (1937-1939), y en la Regia Scuola di Belle
Arti, en Roma (1938-41).
Regresó a América en 1946, expuso en Nueva York y
Washington en el gran momento inicial de la Escuela de Nueva York y su pintura
expresionista y figurativa, fue saludada por la crítica estadounidense. En 1948
fue nombrado director de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Nicaragua, en
Managua, desde la cual a lo largo de dos décadas (1960-1973), amaestró,
fundamentó, estimuló y organizó el movimiento pictórico nicaragüense. Es el
pionero y el maestro por excelencia de nuestras artes plásticas. Desde 1946
hasta poco antes de su muerte participó en innumerables exposiciones colectivas
nacionales e internacionales, dos retrospectivas y varios concursos. Nutrido
del arte moderno europeo y mexicano, se propuso explorar y expresar la
americanidad y concretar un arte integral (pintura, escultura y arquitectura),
iniciando en Nicaragua el muralismo y el materismo y realizando la pintura
religiosa colonial y el retrato criollo y burgués de los siglos XVIII y XIX.
Fernando Saravia
Fernando
Saravia nació en Managua, Nicaragua en 1922.
Pintor,
Escultor y Docente. Alumno de la Escuela de Bellas Artes desde 1941, bajo la
dirección de Genaro Amador Lira, su maestro de escultura. Pasó a ser profesor
de la misma y a partir de 1948, junto con Rodrigo Peñalba, formaron a la nueva
generación de artistas plásticos nicaragüenses.
Autor de
importantes monumentos escultóricos del país, ha expuesto dentro y fuera de
Nicaragua desde 1955 cuando participó de una muestra de seis artistas
nicaragüenses en la Galería de la Unión Panamericana de Washington, D.C. EUA.
Estuvo presente en el Pabellón Centroamericano en la Feria Mundial de Nueva
York en 1964 con la escultura Pájaro de Fuego. En 1990 el gobierno de Nicaragua
lo distinguió con la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.
En 1992
Galería Códice organizó una retrospectiva de su obra en homenaje a sus 70 años
de vida. En Enero y Febrero de 1997, como homenaje a sus 75 años de vida y 50
de ininterrumpida labor artística, el Instituto Nicaragüense de Cultura le
concedió la Medalla a la Excelencia, en oro. CÓDICE y el Banco de la Producción
BANPRO editaron el segundo Libro de la Plástica Nicaragüense dedicado a su
obra, con textos de Julio Valle Castillo, el cual fue presentado, junto con una
exposición de obras recientes, en el Centro Cultural Managua. Esta I Bienal de
Pintura Nicaragüense Fundación Ortíz Gurdián también le hizo un reconocimiento
especial. La verdadera vocación de Saravia era la de escultor, que le sirvió
para forjar a otros artistas como Ernesto Cardenal, Noel Flores, Leoncio Sáenz,
Orlando Sobalvarro y Erasmo Moya.
Saravia
fue el único pintor fundador de la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes. Su
legado se mantendrá latente en las próximas generaciones a través de la calidez
de su obra.
Armando Morales.
Armando
Morales Sequeira (* Granada, Nicaragua el 15 de enero de 1927 - † 16 de
noviembre de 2011 en Miami, Florida, Estados Unidos) fue un pintor nicaragüense
que ha sido reconocido con el premio Ernest Wolf como el "Mejor Artista
Latinoamericano". Morales ha mostrado su obra a nivel internacional en
diferentes pinacotecas como la Galería Claude Bernard de París, el Museo de
Arte Moderno de México o la Galería Belcher de San Francisco En su país es
considerado una figura relevante de las artes plásticas. También fue
representante de su nación ante la Unesco en los años 1980.
Morales
se mudó a temprana edad con su familia a Managua. Fue desde ese tiempo que
empezaba a mostrar interés por el arte, pues a los 11 años pintaba paisajes
imaginarios. Cursó estudios en la Escuela de Artes Plásticas de Managua bajo la
dirección de Rodrigo Peñalba A los 19
años fue becado para estudiar en Estados Unidos, pero sería aplazado por no
contar con los gastos complementarios. A partir de 1959 participó en varias
exposiciones internacionales en América y Europa, donde recibió varios premios.
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